Gómez con el trofeo de Roland Garros 1990. |
Un saque abierto y un tiro de derecha paralelo
ejecutado por Andrés Gómez dejaron fuera de acción a Andre Agassi y permitió al
ecuatoriano ganar el partido y por ende el campeonato de Roland Garros, torneo
que lo buscó por una década y cuyo premio lo obtuvo aquella tarde del 10 de
junio de 1990.
Andrés siempre fue protagonista en el Abierto francés,
pues en tres ocasiones llegó a los cuartos de final, lamentablemente se
encontró con quien sería su piedra en el zapato, el checo Ivan Lendl, que lo
eliminó en esas instancias.
Con 30 años de edad el ecuatoriano llegó a
París en una excelente forma técnica y física, pues tuvo una destacada
participación en varios torneos de la temporada de arcilla europea. Había
ganado dos títulos, en Barcelona y Madrid, y alcanzó la semifinal del Abierto
de Roma. Su récord en arcilla era de 15 partidos ganados y solo 4 perdidos.
CAMINO A LA FINAL
En el debut enfrentó al español Fernando Luna.
“Fue un buen partido para empezar, él un típico español que no fallaba, a quien
había que ganarle los puntos. Era un buen momento para desarrollar el juego que
quería imponer en el torneo. Un tenis ofensivo, de sacar y volear cuando me
sintiera cómodo, de buscar la iniciativa y apurar a los rivales cuando había
que hacerlo”.
La segunda ronda lo puso frente al uruguayo
Marcelo Filippini. “El primer set fue duro, pero los otros sets fueron más
tranquilos, fáciles. La idea era ganar sin complicarme mucho, no alargar los
partidos”.
A esas alturas Andrés ya estaba agarrando el
envión que se necesita en un torneo de Grand Slam, que se juega en dos semanas
al mejor de cinco sets. Su rival en la tercera ronda fue un peligroso ruso,
Alexandre Volkov.
“Los dos primeros sets los gané con facilidad,
el tercero se me complicó y el cuarto Volkov lo venía apurando bien, me había
agarrado un poco el ritmo de la velocidad de mi juego y el hecho de que él era
zurdo me obligó a hacer ciertas variantes. Me costó un poco la velocidad porque
era un jugador potente”. Andrés perdió su primer set en el torneo, finalmente
ganó en cuatro parciales.
Para los octavos de final, el guayaquileño se
benefició de una lesión en la rodilla del sueco Magnus Gustafsson quien no se
presentó a jugar por lo que clasificó directamente a los cuartos de final.
“Honestamente no tenía problemas de
jugar con él, le había ganado en Roma y le complicaba mi juego por ser zurdo.
Cayó bien por un lado pasar directamente a cuartos de final, pero tuve
demasiados días sin jugar. La tercera ronda la jugué el viernes y de ahí volví
a jugar miércoles, fueron cuatro días larguísimos de espera”.
En los cuartos de final tuvo un rival de
cuidado, el francés Thierry Champion, que debió pasar la ‘qualy’ y que tuvo
prácticamente todo el estadio a su favor. “La verdad, no sentí al público en mi
contra realmente, porque nunca lo dejé entrar en ritmo, ya que le quebré el
servicio tempranamente en cada set. Le gustaba mucho jugar de fondo de cancha,
contragolpear y yo tenía mucha variedad para jugar con él”.
Por primera vez Andrés estaba en la semifinal
de un Grand Slam, sin duda era la oportunidad de su vida. Su rival, Thomas
Muster, un especialista en canchas de arcilla que venía de ganar el Abierto de
Roma, inclusive lo derrotó en la semifinal de ese torneo.
“Me había ganado en Roma, pero yo estaba
tranquilo ya que en ese partido no le enseñé todo lo que debía, le guardé un
par de golpes. Él era uno de los favoritos en París, pero yo jugué muy bien, a
pesar que era un día con viento, siempre pensé que eso me favorecía más a mí
que a él. Estimo que influyó mucho la experiencia de haber jugado tantos años
el torneo, haber jugado duros partidos en la cancha central, creo que fue la
diferencia. Sentí que tenía el control de la situación”.
LA FINAL
Llegar a la final en París era un sueño hecho
realidad, pero el apetito ganador de Gómez no lo dejaría conforme. Quería el
campeonato, su rival fue el estadounidense Andre Agassi, el tenista de moda,
quien rompió los esquemas a finales de los años ochenta y favorito no solo de
los aficionados, sino del marketing que empezaba a despertar con mayor
voracidad en el tenis.
“Mi estrategia fue forzar los puntos todo el
tiempo y no enseñarle la misma bola dos veces. O sea, le jugaba una cruzada,
luego una plana, un slice, tiraba otra recta, me venía a la net, tiraba un drop
shot. Porque si lo dejaba que se plante en un lado y comience a mandar, me
acababa”.
Con un estadio lleno y con el favoritismo
repartido de los aficionados, el ecuatoriano llegó a colocarse 6-3, 2-6, 6-4, 5-4
(40-30) con saque, es decir tenía ‘match point’, punto de partido y de campeonato.
“En el match point me decía a mi mismo no te
pares todavía, no te pares todavía, no te aceleres, quédate ahí. Lo tomé con
calma, incluso el juez me dio advertencia de tiempo. El último punto no lo
planifiqué, el último punto es lo que fue mi vida en el tenis: Saque abierto y
derecha paralela. Esa fue la historia de mi éxito en el tenis”.
Dos de los famosos mosqueteros franceses, Rene
Lacoste y Jean Borotra le entregaron el trofeo, luego de levantarlo y mostrarlo
al mundo agradeció: “Dedico este trofeo a Ecuador, mi país”, evidenciando todo
ese amor por el país que siempre lo siguió y apoyó.
GÓMEZ EN ROLAND GARROS 1990
Ronda Rival Ranking Marcador
1ra R. Fernando Luna (ESP) 163
7-6, 6-1, 7-6
2da R. Marcelo Filippini
(URU) 62 7-6, 6-2, 6-1
3ra R. Alexander
Volkov (RUS) 92 6-2, 7-5, 4-6, 6-3
8vos Magnus
Gustafsson (SUE, 14) 19 W/O
4tos Thierry
Champion (FRA, Q) 191 6-3, 6-3, 6-4
Semifinal
Thomas Muster (AUT, 7) 9 7-5, 6-1, 7-5
Final Andre
Agassi (USA, 3) 5 6-3,
2-6, 6-4, 6-4.
Orgullo ecuatoriano y ejemplo para la sociedad.
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